Así fue la jornada «Desarrolladoras y jugadoras de videojuegos» en Sevilla

Después de muchas semanas de preparación, en Aula Arcade no podríamos sentirnos más felices de la acogida que han tenido nuestras I jornadas Desarrolladoras y jugadoras de videojuegos. Y sí, decimos «primeras» porque confiamos en poder repetir esta iniciativa y convertirla en una cita periódica en nuestra ciudad. Nuestras ponentes, los asistentes y quienes seguisteis la difusión a través de las redes nos habéis demostrado que hay interés en debatir sobre el sector del videojuego desde la perspectiva de las mujeres que lo hacen avanzar.

Por la mañana tuvo lugar el taller Girls Make Games, el primero que se realiza en nuestra ciudad tras haber pasado por otras como Barcelona, Madrid o Murcia. Queremos reiterar nuestro agradecimiento a la asociación FemDevs, que nos facilitó todo lo que necesitábamos para impartirlo y colaboró en la difusión a través de sus redes sociales. No dejéis de seguirles la pista; son un referente imprescindible en nuestro país para trabajar en favor de la igualdad de género.

Nuestra formadora Cristina González de la Rosa, encargada del curso extraescolar de videojuegos para niños, y una de nuestras alumnas más veteranas, Frida Viñas, se encargaron de impartir el taller a niñas de entre 10 y 13 años, utilizando la herramienta Stencyl. En apenas tres horas fueron capaces de aprender todo lo necesario para programar un pequeño nivel, perfectamente jugable. Nos alegra mucho pensar que puede ser el germen de algo más. Viendo su entusiasmo, ¡quién sabe dónde pueden llegar dentro de unos años!

La tarde fue el momento de las charlas, para las que contamos con ponentes que aportaron una experiencia muy variada, con un aforo casi completo. En primero lugar, Marimar Ruiz, CEO de My Tech Lady y con una amplia trayectoria en el mundo de la programación, la publicidad y el marketing, nos explicó de qué modo aprender a programar «le salvó la vida». Supo canalizar su curiosidad natural y su inquietud por «cacharrear» a través de este medio desde muy joven, permitiéndole mejorar su capacidad de memoria, su habilidad para el pensamiento lateral, para la lógica y el cálculo, la organización… Además, explicó cómo ha sido capaz de seguir explorando nuevos terrenos profesionales de modo autodidacta gracias a la autonomía que le ha proporcionado el «pensar como una programadora». «Aprender a programar es esencial para conocer y comprender mejor el mundo actual», nos dijo, y como prueba de ello pudimos ver ejemplos de diferentes avances tecnológicos que están cambiando nuestra sociedad.

A continuación fue el turno de Arantza Respaldiza, quien acudió en representación de la asociación Ping a Programadoras. Una red destinada a ofrecer formación, sinergias y espacios seguros a las mujeres y personas no binarias que se dedican a la programación, en muy diversos ámbitos. Arantza comenzó su charla de un modo muy «educativo», mostrándonos distintas figuras femeninas que se han ganado un lugar en el mundo del videojuego como referentes. Algunas de ellas ficticias, como Chun Li o Samus Aran, pero otras bien reales y relevantes en la industria como Jade Raymond, Corrinne Yu o Mori Shimazaki. Preguntó a los asistentes por ellas, enseñando su rostro antes de desvelar quiénes eran, y resultó muy significativo comprobar que la mayoría no eran conocidas ni siquiera por una audiencia instruida en el mundillo como la que estaba presente. Una manera directa de demostrar que la invisibilización sigue siendo algo muy actual, por desgracia. La charla terminó con una semblanza de Ping a Programadoras, su labor y sus objetivos.

Por último tuvimos una mesa redonda que reunió a Rocío Rodríguez, formadora de nuestro curso de Ilustración y Animación 2D, y a Bárbara Domínguez, cofundadora de la empresa Muquo Games. El tema del que partía, Miradas al arte en los videojuegos, dio para mucho. Su presentación abarcó desde la manera en que se han representado personajes icónicos hasta la distribución de género entre los jugadores. y lo cuestionable que resulta pensar que hemos avanzado en cuanto a presencia femenina en los videojuegos: una gráfica de Feminist Frequency nos demostró que, a pesar de los progresos, todavía hay mucho que mejorar. Se debatió sobre la diferencia entre las protagonistas que nos muestran los desarrolladores indies frente a la tónica de las grandes empresas, y sobre por qué sigue habiendo tan pocas mujeres en estudios formativos dedicados a la programación. El público se volcó en participar: pudimos conocer de primera mano no solo las experiencias de nuestras ponentes, sino de muchas otras asistentes que trabajan o han trabajado en la industria. La hora de debate se quedó corta, ¡menos mal que siempre queda el cerveceo posterior!

De nuevo, un millón de gracias a todos los que nos habéis acompañado. Estamos convencidos de que veremos muchas más caras la próxima vez, y nos esforzaremos para que quedéis tan satisfechos como en esta ocasión.

 

Posted on 29 noviembre, 2018 in Eventos, Girls Make Games

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